Ej 10 - Ejercicios de estilo: Un amanecer en el campo (en tres versiones)

Realizado con FLORENCIA COLETTO

Relatar, de tres maneras diferentes, un acontecer en un campo.
3 Maneras: Como un suceso mecanico - Como un suceso milagroso - Como un suceso inentendible

Rubén sale todas las mañanas de su casa, y mientras va al granero mira el amanecer. El sol sale atrás de las montañas, y como en una cadena de montaje que repite siempre lo mismo, este ilumina su habitación. Los rayos entran por la ventana como todos los días, y el reflejo en el espejo a veces lo molesta para peinarse. Desde el primer momento el sol es radiante, por lo que siempre sale en remera y ocasionalmente lleva una mochila con abrigo, por si se llega a nublar. Así, el sol sigue ascendiendo y se va repitiendo el proceso una y otra vez.

Luego de días de interminable tormenta, por fin los pastos brillaron. Los rayos chocaban con las copas de los árboles, los pastizales y hasta el agua se convirtió en el espejo de un cielo casi amarillo. La luz encandilaba los ojos de los habitantes del campo, y dibujaba sonrisas en los niños que pronto corrieron por el prado, como hacia tiempo no lo hacían. Todo se debía a una cosa. El sol por fin había salido, iluminando las vidas de aquellos que, después del temporal, todo lo habían perdido.

¿Qué era eso que estaba pasando? La oscuridad empezó a hacerse clara, y los colores no eran solo el negro. Los animales que habitaban allí se desesperaron y corrieron como nunca, sospechando que lo peor estaba por venir. Los ojos de los campesinos se sofocaron, las pupilas de calcinaban ante la aparición de ese brillo en el medio de las sombras. Como un destello del mal, apareció un resplandor entre el espesor de las nubes negras que noche a noche, desde hacia cien años, tapaban los días del mundo. Finalmente, volvió a amanecer.